Jaén.
Teníamos planeado pasar por Jaén, Baeza y Úbeda desde hacía muchos tiempo. Nuestra visita a la ciudad de Jaén tenía una justificación muy importante. Más allá de los reclamos turísticos que la ciudad tiene para ofrecer, nos debíamos una visita a una persona muy especial para Nehuén. Su maestra de salita de 3, con la que siempre mantuvimos el contacto y que a él le hacía mucha ilusión volver a verla.
El primer día, después de encontrar un lugar donde dejar la Chancha, nos recorrimos la ciudad casi por completo, fuimos al Museo Íbero (de entrada gratuita) de Jaén donde pudimos ver una exposición sobre los primero Iberos, sus costumbres y cultura, y pudimos ver muchas piezas arqueológicas y fotos de las excavaciones de donde provenían y a los Baños Árabes (que también sonde acceso gratuito), donde además de los baños pudimos ver otra exposición sobre la cultura de los habitantes de la ciudad anteriores a la industrialización.
El detalle:
Para quienes no hayan estado nunca en esta hermosa ciudad y vayan con niños pequeños, si tienen una mochila portabebé: ¡no se la olviden! Nosotros decidimos ir con el carro y fue un gran error, muchas de sus calles son de empedrado y el carro y esas superficies no se llevan bien.
Terminamos muy cansados y quisimos tomarnos un pequeño descanso el segundo día, cosa que logramos porque se largó a llover, así que nos pasamos el día en la Chancha jugando a juegos de mesa, cantando, bailando, charlando y riéndonos a carcajadas.
El tercer día quisimos retomar los paseos, pero Yrian se cayó y se golpeó muy fuerte la boca, con lo que tuvimos que salir corriendo al hospital, donde nos tranquilizaron, pero nos recomendaron que vayamos a un dentista para poder descartar potenciales problemas a futuro. Cosa que hicimos a primera hora de la mañana siguiente.
El cuarto día por la tarde, finalmente pudimos reencontrarnos con Ángela, la maestra de Nehuén. Nos sentamos en un bar a tomar un café y charlar y charlar y charlar. Nehuén se pudo poner al día y después de merendar fuimos a un parque para que los chicos desfoguen.
Nos subimos en la Chancha y seguimos camino a Baeza.
Mar de olivos.
Ya una vez fuera de Jaén nos dimos cuenta de porque se le llama a la zona el Mar de olivos y de camino Eleo se puso en contacto con la Gente Olibaeza, que es una cooperativa local productora de aceite de oliva y concertó una cita para poder visitar la fábrica y conocer los procesos de producción sin coste si comprábamos una botella de su aceite, cosa que hicimos…por dos.
Baeza.
Cada vez que estamos de camino a un nuevo destino, lo primero que hacemos es ponernos a buscar en Pakr4night un áreas destinadas a autocaravanas o un parking donde no jodamos a los demás con nuestra Chancha. La ciudad tiene un área para autocaravanas justo detrás de la estación de autobuses, muy recomendable para quienes quieran visitarla en este tipo de vehículos.
Al otro día nos levantamos y fuimos en bicicleta hasta la fábrica de aceite, allí nos recibió Antonio, quién con mucha paciencia nos hizo el tour por las instalaciones y nos explicó con lujo de detalle todos los procesos necesarios para obtener Aceite de Oliva Virgen Extra de primera calidad, así como también aceite de oliva virgen y aceite de orujo. Les recomendamos a todos a quienes tengan el interés la visita, nos lo pasamos muy bien y aprendimos muchísimo.
Después de la visita, decidimos dar una vuelta por la ciudad y la sorpresa fue mayúscula. Fue como viajar en el tiempo, perdernos por sus calles admirando cada rincón, sin importar si se trataba de un edificio importante o una simple casa. Nada tenía desperdicio. No declaran a una ciudad Patrimonio de la Humanidad así porque sí. Y cuando pensás que ya no podía ser más linda, llegas a los miradores del Paseo del Obispo que dan al valle, a ese mar de olivos. Simplemente hermoso.
Úbeda.
Dejamos Baeza y seguimos camino hacía Úbeda, que está muy cerquita, otra ciudad que también está considerada Patrimonio de la Humanidad, por lo qué las expectativas eran bastante altas. En esta ciudad también hay un área destinada a las autocaravanas, así que, allá fuimos sin escalas. Dejamos la Chancha y nos fuimos a pasear.
Caminamos por el paseo que da al valle, entramos en la ciudad por la antigua puerta de Granada y recorrimos sus calles, sin destino y sin apuro. Subimos y bajamos por sus callejuelas, encontramos parques y plazas y entramos en la casa mudejar, lugar reconvertido en el Museo de Arqueología de Úbeda. Nos quedamos con ganas de entrar en la Sinagoga del Agua, ya que estaba cerrada.
Ciudades como Úbeda o Baeza, y sus cascos históricos tienen la facultad de transportarte a otra época, son simplemente mágicas, y son a las que más provecho les sacamos con los chicos, porque podemos, primero divagar sobre sus orígenes, inventarnos historias y después contrastar nuestras hipótesis con la interné.
¿Ustedes también son amantes de las ciudades que te transportan en el tiempo? Si es así, nos encantaría saber cuáles son para poder agregarlas a nuestras futuras aventuras.
Un comentario
Thanks for your blog, nice to read. Do not stop.