Belchite Viejo: Las cicatrices de una guerra

Vestigios de una Guerra.

Nehuén tiene fascinación por la historia y la guerra y todo lo que tenga que ver con ella, pero como es normal, tiende a dejar de lado las muchas cosas negativas que esas traen consigo, por lo que elegir visitar Belchite Viejo fue una decisión relativamente fácil de tomar, pero por sobre todo, muy importante, no por refregarle al chico las cosas como son, sino para que TODOS tomemos consciencia de las cicatrices que deja una guerra.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Les dejamos una canción para acompañar este post:

Band of Horses - The Funeral

Una Guerra Civil dividiendo un País.

El asunto es que uno, que nunca vivió una guerra de cerca, no tiene en mente las magnitudes de un enfrentamiento de este tipo, de las cicatrices que puede dejar en las fachadas y en la gente. El pueblo de Belchite Nuevo no deja entrever mucho, es un pueblo más de Zaragoza, sin excentricidades, sin alardes, tranquilo, con un área para autocaravanas muy bien ubicada, pero no mucho más.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Justo al lado del Portal de la Villa había un señor disfrazado de soldado.

Llegamos por la tarde, por lo que decidimos pasar la noche e ir a recorrer al otro día. Pasamos una buena noche, sin sobresaltos, ni ruidos. Nos despertamos temprano y, luego de un buen desayuno, los chicos se pusieron a jugar y nosotros a desmontar el poty seco para pintarlo.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Nuestra visita al pueblo viejo de Belchite estaba programada para las 4 de la tarde, así que almorzamos con calma y trabajamos otro poquito, mientras los chicos seguían jugando. Ya se estaba haciendo la hora, así que nos fuimos caminando hasta el Portal de la Villa, puerta de acceso al pueblo.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

La sensación al cruzar al otro lado del arco es que acabás de bajarte de una máquina del tiempo, porque el pueblo parece estar congelado en un bucle temporal de 1937.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Te sentís muy chiquito, casi insignificante ante tanto silencio y soledad, Belchite Viejo es, sin rodeos, un pueblo fantasma. Las cicatrices de la guerra, presentes en todo cuanto tus ojos pueden ver, son sobrecogedoras. Uno no puede evitar imaginar lo que debería haber sido el pueblo durante los días álgidos de batalla.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Al entrar al pueblo uno se encuentra con una postal desgarradora, empezamos a cruzar el pueblo y lo que normalmente suele ser una perorata de preguntas y un rumor (a veces ensordecedor) de gente, era un completo y solemne silencio. Incluso los chicos que suelen ser muy charlatanes estaban callados. 

Aprender a veces duele

Pero no es hasta que la guía empieza a dar detalles de lo que se vivió dentro de las murallas de ese pueblo que uno cae en la cuenta de lo que verdaderamente fue. Los relatos de los sobrevivientes, junto con los datos que la guía aporta van llenando de capas una pintura que, de no ser porque uno está ahí parado, se antojan irreales.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Alguno de los datos que la guía mencionó: El pueblo fue tomado tres. No sólo combatieron soldados españoles, sino que también participaron británicos, estadounidenses y canadienses. Hubo más de cinco mil muertos entre los dos bandos, unos 6000 heridos, todo esto en, prácticamente, 15 días de asedio.

Cuesta imaginar tanto dolor

El pueblo es pequeño y cuesta mucho imaginar unos 6000 militares combatiendo entre sus pequeñas calles. Francotiradores disparando “a todo lo que se movía” sin importar su bando. Lo más triste que aprendimos fue que había familias divididas entre bandos, muchos no lo supieron hasta mucho tiempo después.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Las ruinas de la Iglesia de San Martín de Tours es, para mi, el lugar que mejor resume todo lo que pasó en este pequeño pueblo. La falta casi total de techo, grietas, boquetes y agujeros de metralla pintan una imágen desoladora.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

La imagen de pilas de cuerpos ardiendo en la plaza mayor fue de las más difíciles de digerir.

Años de descuido

Desde los restos de la nave principal de la Iglesia se puede ver el Convento de San Rafael que tiene sus fachadas apuntaladas por andamios de mal estado en el que se encuentra. Hay que tener en cuenta que no hace mucho que Belchite Viejo se cerró y sólo se puede acceder con visitas guiadas, antes de esto, el pueblo pasó muchos muchos años a la merced de personas que se dedicaban a buscar restos de la batalla, robar y vandalizar lo poco que quedaba en pié. El ayuntamiento y la Fundación son los encargados de la lenta, pero necesaria, restauración del pueblo.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Justamente, al día siguiente de nuestra visita iban a retirar un proyectil de la torre del Convento de San Agustín, última parada del tour, que fue encontrado por los obreros durante las obras de restauración y que resultó estar activo todavía.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra

Pero el lugar que más nos impactó fue la calle por la que intentaron escapar unas 600 personas del bando de los nacionalistas, junto con muchos civiles, hacía el Arco de San Roque, solo unas 100 llegaron al punto de salida, entre ellas estaba Josefina, una mujer que en aquel entonces era una niña, que recibió un tiro en la pierna y quedó tirada en el suelo siendo rescatada por el otro bando.

Un trujal

A Nehuén le impactó bastante saber que debajo del trujal que antiguamente se utilizaba para el almacenamiento de las cosechas de olivas se encuentra una fosa común. En ella se encuentran restos de los combatientes del bando de los nacionalistas, aunque la guía nos dijo que no certeza de esto y que lo más probable es que haya de ambos bandos. 

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
Por esta calle intentaron escapar unas 600 personas a pesar del fuego cruzado.

Les dejamos un video de los chicos de Nómadas Charlatanes en el que ellos entrevistan a Josefina, una de las supervivientes, el relato es desgarrador, pero vale muchísimo la pena ver el video, porque en él queda clarísimo que en las guerras no hay bandos, sólo damnificados.

La única manera de evitar que la historia se repita es aprender de ella, estudiarla y revisarla.

Belchite Viejo - Cicatrices de Guerra
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